EL ALMA DE UNA ESTRELLA

Era un día normal, de aquellos que pasan sin novedad, martes tal vez, jugábamos mi hermana y yo en el patio de la casa, solíamos hacerlo con frecuencia, ya era de noche y, cansados del mismo juego y los mismos juguetes, empacamos y nos preparábamos para entrar a cenar. De repente algo inesperado sucedió: todo se iluminó como si en vez de noche fuera de día y aquella luz resplandeciente venía acompañada de un fuerte viento que mecía los árboles y levantaba los techos de las casas como si quisieran volar.

 

Todos estábamos sorprendidos, mi hermana, mi madre, los vecinos y hasta yo, a pesar del temor abrimos las puertas de la calle pero los destellos no nos dejaban ver nada, solo una luz que era más clara de lo normal, de lo que siempre estábamos acostumbrados a ver aún cuando fuera la época de mayor verano en el año.

 

Los destellos fueron opacándose y dentro de ellos salió un extraño hombrecito, su aspecto no era normal dentro de nuestra especie, pero en el fondo inspiraba ternura, nos acercamos a él y le hablamos. - ¿Quién eres? - ¿De dónde vienes? - ¿Qué deseas?, Todos hacíamos preguntas diferentes, lo abrumamos de tal manera que él no pudo dar respuesta.

 

Cuando nos calmamos y pasó el furor, este hombrecito comenzó a decir:

 

Yo soy la esencia de una estrella, sí, no se extrañen, allá en el espacio hay cuerpos celestes, todos ustedes lo saben, ¿verdad? Lo que los humanos no saben es que cada cuerpo celeste posee un alma, una esencia y ese es mi origen, sí, yo soy el alma de una estrella en el espacio, le llaman “La Estrella Loca”, a ella le gusta hacer cosas inusuales, cosas que no nos corresponde hacer. Todo comenzó hace tres días, ella decidió emprender un viaje, quiso darle un cambio rotundo a su vida y habitar un espacio diferente, eso comentaba con frecuencia; yo, por ser su alma, me vi obligado a acompañarla, pero la estrella en medio de su locura chocó con la luna, ésta que, en cambio, era demasiado paciente sufrió algunas fracturas pero tras su paciencia y optimismo poco a poco se recuperó; la estrella, por el contrario, se ha desintegrado, destellos por un lado, alma por otro y en fin aquí estoy, realmente no se quien soy ahora que no tengo estrella, ¿qué papel podré cumplir en la tierra?.

 

Sentimos lástima, el hombrecito estaba muy preocupado, nos reunimos por un momento con papá que acababa de llegar, le comentamos todo lo sucedido y él decidió ayudarlo, lo entramos a casa y a partir de ese momento comenzó el espectáculo, no paraba de entrar la gente a casa, todos querían ver ese misterioso hombre, en un comienzo él les simpatizó y estuvo presto a sus cuestionamientos pero con el pasar de los días se cansó de que lo vieran como un ser extraño, ya no quiso recibir más visitas, con nuestra ayuda aprendió muchas cosas de los humanos, ahora se viste, come y hasta juega con nosotros; mamá está pensando en enviarlo a la escuela, ya hace parte de nuestra familia. Los vecinos han aprendido a verlo como uno más de nuestra especie.

 

Pero como ya sabemos no todas las historias tienen un final feliz; Gastón (así le decimos por llamarlo de alguna manera) tiene un origen muy distinto al nuestro y por lo tanto así será su final, ya se ha escuchado por repetidas veces en los noticieros sobre la tragedia ocurrida en el firmamento, esas fuertes heladas que hemos sentido se deben a las fracturas que recibió la luna y la ausencia de la estrella loca ha ocasionado grandes disturbios entre los cuerpos celestes y han dicho muy claro que un cuerpo celeste sin alma no puede sobrevivir y de igual forma un alma sin cuerpo tampoco podrá hacerlo, sobra entonces decir que después del anuncio de los noticieros, Gastón está en peligro de desaparecer en cualquier momento, y frente a ello nosotros no podemos hacer nada, estamos muy tristes, mamá dice que debemos disfrutar al máximo con él porque Gastón en cualquier momento podrá desaparecer.

 

 

MICRO RELATOS

 

 

EL DESTINO

 

Y ella le respondió:

- No te apresures, ya sea tarde, ya sea temprano, tu destino lo haz de cumplir.

 

Y así fue, él marchó sin prisa y al quinto día murió.

 

 

EL RATÓN SIN DESTINO

 

Y marchó sin rumbo fijo, ¡qué desgracia!, sólo una pútrida y sucia alcantarilla lo esperaba.

 

LA BELLA DURMIENTE CON UN DESTINO FATAL

 

Ella lo esperaba ansiosa, lo esperó por años, el príncipe nunca llegó y aquel hechizo no desapareció. ¡Vaya destino! Por primera vez en la historia maravillosa esa bruja su hazaña logró, pues la niña nunca despertó.

 

EL DESTINO QUE NO ES

 

Se mecían los árboles aquella trémula noche, él creía que ese era su final, se dio por vencido entregó sus armas y partió a casa.

Nidia Castañeda

 
Decálogo del escritor, Augusto Monterroso (1921-2003)
 
Primero. Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.

Segundo. No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.

Tercero. En ninguna circunstancia olvides el célebre dictum: "En literatura no hay nada escrito".

Cuarto. Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.

Quinto. Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.

Sexto. Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.

Séptimo. No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.

Octavo. Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.

Noveno. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.

Décimo. Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.

Undécimo. No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.

Duodécimo. Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratara de tocarte el saco en la calle, ni te señalara con el dedo en el supermercado.
 
Hoy habia 40 visitantes (43 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis