LA LITERATURA: LIBERTAD DE REFLEXIÒN Y ACCIÓN EN EL PROCESO DE FORMACION LINGÜÍSTICA PARA LOS ESTUDIANTES DEL GRADO QUINTO (5º)

Por:

 

Luz Nodier García Montoya

Clara Cecilia Giraldo Villa

Gloria Patricia Patiño López

 


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Este proyecto se realizó tratando de desarrollar las competencias poética y literaria en los estudiantes del grado quinto (5º), de las Instituciones donde se realizaron las prácticas: Colegio Agustiniano de la ciudad de Medellín, Colegio Frontera y Centro Educativo Genios del Futuro en el Municipio de El Retiro, con el fin de potencializar procesos de comunicación efectivos, teniendo en cuenta que presentan falencias como: negligencia para leer, pereza para escribir y aversión a producir textos poéticos; es así como se presenta el siguiente interrogante: ¿Cómo integrar una lectura significativa de textos literarios a la creación y recreación de diversos tipos de escritos?.

 

Atendiendo a la pregunta anterior, se utilizó, como técnica de recolección de información, el diario pedagógico, los talleres relacionados con cuentos y poesía y además se implementó el programa Jclic, que atendiendo a las nuevas tecnologías nos permite realizar diversos tipos de actividades educativas, con el fin de desarrollar en los estudiantes la habilidad para producir textos literarios.

 

Para concluir se puede decir que gracias al seminario, la elaboración del ensayo literario y la unidad didáctica se pudieron recopilar las actividades realizadas durante la práctica, adquiriendo bases para incentivar en los alumnos ese deseo de producir textos literarios, cuentos, historias, narraciones y poesías. Además somos conscientes que es un tema que necesita más tiempo para abordarlo, para que a largo y corto plazo se convierta en algo productivo y cotidiano, para beneficio de los estudiantes y de las instituciones educativas. 

 
Decálogo del escritor, Augusto Monterroso (1921-2003)
 
Primero. Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.

Segundo. No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.

Tercero. En ninguna circunstancia olvides el célebre dictum: "En literatura no hay nada escrito".

Cuarto. Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.

Quinto. Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.

Sexto. Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.

Séptimo. No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.

Octavo. Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.

Noveno. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.

Décimo. Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.

Undécimo. No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.

Duodécimo. Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratara de tocarte el saco en la calle, ni te señalara con el dedo en el supermercado.
 
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