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POR:
Mónica María Serna Suárez
Luisa Fernanda Bran Vásquez
Carlos Andrés Orozco
El proyecto titulado La aplicación de las NTICs como apoyo didáctico para el acercamiento a los cuentos y poesías contemporáneas tuvo como objetivo desarrollar un proceso creativo literario, mediante la interacción del diálogo existente entre el mundo mágico de las palabras y el mundo real de la tecnología.
Éste se realizó en los Colegios de la Universidad Pontificia Bolivariana, La Presentación de Medellín y la Institución Educativa Jorge Robledo.
El enfoque utilizado en el proyecto fue una investigación cualitativa, partiendo del tipo de estudio relacionado con la Investigación Acción-Participación, donde los estudiantes son protagonistas del proceso en la construcción de conocimientos en literatura infantil contemporánea. Esto facilitó el pleno desarrollo de las competencias comunicativas (leer - escribir), posibilitando así la expresión individual y colectiva de la persona.
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Primero. Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo. No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
Tercero. En ninguna circunstancia olvides el célebre dictum: "En literatura no hay nada escrito".
Cuarto. Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto. Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto. Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo. No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo. Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo. Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
Undécimo. No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo. Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratara de tocarte el saco en la calle, ni te señalara con el dedo en el supermercado.
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