Sin mucho pensarlo un día
Me encaminé en este rumbo,
Y desde entonces los niños
Hacen parte de mi mundo.
Cada día un nuevo reto:
El de cambiar este mundo
Y hacer de la educación
La clave para el futuro.
Ser maestro es confortable,
Es ser premiado por Dios,
Es cumplir con la tarea
De sembrar saber y amor.
Gracias al cielo yo digo,
Que un día me sitúo aquí,
En el mundo de los niños,
Donde todo es porvenir.
A YARUMAL.
Como el dulce amanecer
Que germina cada día,
Tan suave, fresco y sereno
De una bella tierra fría.
En las montañas del norte
El sol ya se está asomando
Y el campesino apacible,
Ya está en la tierra sembrando.
Son sus montañas hermosas,
Llenas de dulce esplendor
Y de múltiples batallas
Que un día esta tierra libró.
Mis ojos llenos de gozo,
Miran tus celestes nubes,
Y con orgullo te dice:
Eres mi suelo querido.
Gloria Isabel Gutiérrez Mazo |